Todos los sistemas operativos que Google ha usado o creado tienen una cosa en común: todos (o al menos casi todos) están basados en Linux: desde sus gigantescos servidores y centros de datos hasta sus propios desarrollos como Chrome OS y Android, todos tienen un kernel Linux moviendo sus engranajes.
El asunto es que Linux es el sistema operativo perfecto para todas estas tareas: manejar servidores, trastitos GPS y básicamente cualquier tipo de dispositivo móvil y embedido. Por alguna razón Google está decidiendo que puede prescindir de Linux así sin más —y hasta quiere hacerle la competencia—... Así que ha decidido empezar el desarrollo de su propio sistema operativo y kernel: "Fuchsia", y no está basado en Linux.
Según informa (más o menos) el portal Android Police, Fuchsia está basado en un nuevo kernel llamado Magenta —desarrollado desde cero por Google— y está diseñado para correr en smartphones y PCs (!). Su interfaz usa Flutter y se basa en los fundamentos del Material Design para los elementos gráficos. Ah, y usa Dart como principal lenguaje de programación — casi parece un déjà vu.
¿Se ha cansado Google de tener que depender de Linux y no poder controlarlo como le gustaría? Lástima, así parece. Pero el desarrollo de Fuchsia y su éxito a largo plazo podría ser contundente. No olvidemos que si a algún mandamás de la compañía (que bien podría ser el Sundar Pichai, ¿apostamos?) se le ocurre la idea, tanto Android como Chrome OS podrían ser adaptados al nuevo núcleo de Fuchsia. Y en el caso de Android, sólo basta con portar la máquina virtual.
Creo que pecamos de optimistas con respecto a Fuchsia. Lo que hace tan adaptable a Linux es su gigantesca comunidad de desarrollo. Desarrollar un kernel no es sencillo y toma años, y convencer al sector va a ser tanto o más difícil que Microsoft convenciendo a los desarrolladores para que hagan sus aplicaciones para Windows Phone. Fuchsia tiene todo un via crucis por delante, sin duda.
[vía Phoronix]
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