Qualcomm fue tristemente célebre durante todo el año pasado por el fiasco que resultó su procesador Snapdragon 810: pésima gestión energética, sobrecalentamiento, rendimiento sub-estándar y varios otros problemas le valieron ser nominado y tener el dudoso honor de ser coronado como el peor producto tecnológico del 2015 por casi todos los especialistas.
El brusco salto a los 64 bits provocó que Qualcomm tuviera que abandonar sus exitosos núcleos Krait —protagonistas de pasadas glorias— para usar temporalmente núcleos genéricos ARM Cortex (muy mal puestos en práctica) hasta que los núcleos Kryo, sucesores directos de los Krait, estuvieran finalmente listos para ser implementados.
A pesar de que los errores fueron de Qualcomm, fue realmente Android quien pagó los platos rotos con gran cantidad de móviles de gama alta desempeñándose penosamente gracias a un problemático Snapdragon 810, que hizo que gastar un montón de pasta en un OnePlus 2, un Xperia Z3+ o un LG G Flex 2 fuera cualquier cosa menos un motivo para enorgullecerse.
Resultados sorprendentes
Qualcomm más que nadie sabe que la ha cagado bien —y de que sean parcialmente responsables del gigantesco éxodo de usuarios de Android a iOS— y se ha propuesto muy seriamente no volver a repetir los mismos errores este año. Aquí entra nuestro protagonista: el nuevo Snapdragon 820, el cuál ha resultado victorioso por encima del procesador Apple A9, seguido de cerca por el Exynos 8890 presente en los nuevos Galaxy S7.
Hay muchos factores que debemos tener en cuenta, Qualcomm finalmente ha decidido incluir sus nuevos núcleos Kryo en el Snapdragon 820, lo que explica el monumental salto en rendimiento respecto a su predecesor. Los resultados son sorprendentes teniendo en cuenta que el Snapdragon 820 tiene que mover más recursos y como poco el doble de resolución que el Apple A9, lo que a fin de cuentas significa más carga para el procesador.
Vía: Slashgear
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