El mes pasado el Servicio Federal Ruso Anti-monopolio (FAS) encontró a culpable a Google de abusar de su posición dominante en el mercado y de obligar a los fabricantes a incluir sus propias aplicaciones, algo que no ocurre exactamente así, claro. ¿Qué ocurrió entonces? El gobierno ruso ni corto ni perezoso le ha dado a Google 40 días de plazo para cumplir sus demandas y retirar todo su bloat de Android o caso contrario deberá asumir las consecuencias.
Esta movida rusa tiene como objetivo potenciar negocios locales; dado que este proceso judicial contra Google fue iniciado por Yandex, el gobierno ruso está en todo su derecho y obligación de defender negocios nacionales. Yandex asegura que los servicios preinstalados de Google presentan una clara desventaja contra los servicios de la competencia —algo que definitivamente es verdad—, y obviamente el FAS les ha dado la razón:
Para restaurar la [libre] competencia en [nuestro] mercado, Google deberá hacer acuerdos con los fabricantes de dispositivos móviles en un mes y excluir las cláusulas anti-competitivas.
Vía: Phandroid
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