Hubo un tiempo —que todos conocemos— en que un smartphone de gama baja era algo que debía evitarse a toda costa. Basurillas como la gama LG L* o los infames Galaxy Young y Galaxy Ace dan cuenta de qué tan intencionalmente malos eran los teléfonos de menos de $200 dólares en aquellos días; incluso en la actualidad, en lugares como Perú y compañía las operadoras telefónicas aún los venden como pan caliente y hasta en planes extendidos, vaya... Hasta que cierto día Google decidió comprar la por aquellas épocas moribunda Motorola, que en esos días se dedicaba a lanzar al mercado teléfonos intrascendentes y dispositivos que pasaron a ser rápidamente olvidados.
Bajo una nueva dirección y con el impulso de una gran compañía detrás suyo, Motorola decide revolucionar lo que hasta entonces entendíamos por relación calidad-precio y el delicado concepto de "barato" que ya casi había logrado con el Moto G (2013); fue entonces que vimos nacer en 2014 al primer Moto E, dispositivo que automáticamente se coronó como el rey indiscutible de la gama de entrada. Este terminal llegó a nuestras manos el año pasado y el hermano de un amigo como su orgulloso dueño... Y resulta que llegó a nuestras manos por pura necesidad hace sólo algunos meses, luego de un considerable tiempo de uso, estamos aquí para presentartelo. Pónganse cómodos, fistros, que en este análisis vamos a ver hasta sus circuitos.
Especificaciones técnicas
Empecemos por sus especificaciones, el Motorola Moto E (2014) monta un modesto procesador doble núcleo Qualcomm Snapdragon 200 a una velocidad de reloj de 1.2 GHz con gráfica Adreno 302, el procesamiento viene acompañado de 2 GB de memoria RAM y unos escasos 4 GB de almacenamiento interno que en la práctica se convierten en unos 2.17 GB usables — afortunadamente contamos con una ranura microSD. Su pantalla es de 4.3 pulgadas y tiene una resolución de 960x540 píxeles, hasta incluso tiene protección Gorilla Glass 3. Por lo demás no incluye cámara delantera y en la trasera tenemos una de 5 MP sin flash.
Pantalla
Lo más importante en un dispositivo móvil es la calidad de la pantalla. El Moto E podrá ser barato, pero no por ello ha sacrificado tanto la calidad de su pantalla, los colores son muy vivos y la nitidez es sobresaliente, si lo usamos a una distancia prudente no conseguiremos distinguir ni un sólo píxel, aunque mirándolo más de cerca la baja resolución de su pantalla pasa la factura, pero en definitiva que no hay ninguna pega en este aspecto. El brillo sin embargo no es tan alto y el nivel más bajo de brillo no es lo suficientemente oscuro de lo que uno esperaría, el problema con lo primero es que al aire libre se nos hará bastante difícil distinguir algo en el panel si no acercamos mucho la mirada o subimos todo el brillo.
Rendimiento
Este es un apartado en el que el Moto E me ha dejado muy buenas impresiones. No debemos olvidar en ningún momento que estamos ante un terminal de gama baja (por más que en nuestras localidades las compañías telefónicas lo vendan al doble de lo que realmente cuesta), el punto es que al momento de usarlo uno no se da ni cuenta. La optimización realizada en el Moto E (2014) es sencillamente admirable y la principal razón de su éxito y coronación en la gama de entrada.
Durante todo el tiempo que he utilizado el terminal no he experimentado ningún tipo de ralentización o cuelgues, todas las animaciones y tiempos de carga son constantemente fluidos; exceptuando, claro, algunas ocasiones en que se pierde algo de fluidez, pero en ningún momento me he visto esperando más de la cuenta para abrir una aplicación o realizar alguna tarea, cosa que sí he experimentado por ejemplo en un iPhone 4s con iOS 9.1, que viene a ser el principal contrincante del Moto E (2014) en lo que a gamas se refiere.
En cuanto a los juegos, ahí sí que hablamos de las ligas menores. El Moto E (2014) podrá tener 2 núcleos y 1 GB de RAM al igual que un iPhone 6, pero sus componentes y el desempeño del hardware de vídeo no están concebidos ni fabricados para desempeñarse como gama alta, así que olvídense de GTA San Andreas (eso dejénselo a los procesadores MediaTek) o emuladores como PPSSPP — el Moto E correrá la mayoría de juegos 3D (véase Temple Run 2, Minecraft o Asphalt 8) sin ningún problema, si te las arreglas para ejecutar Modern Combat 5 te encontrarás con que se desempeña sorpresivamente bien, y emuladores como ePSXe o similares correrán perfectamente y sin lentitud.
Ah, por cierto, el Moto E (2014) viene de fábrica con Android 4.4 KitKat y es actualizable a Android 5.0.2 Lollipop. Como usuario de un dispositivo Nexus que goza de las últimas actualizaciones antes que nadie también soy fiel partidario del "si funciona no lo cambies". Como mencioné arriba, el sistema se mueve genial bajo KitKat, situación que podría cambiar seriamente y para peor si decidimos actualizarlo a Lollipop, de hecho la OTA ya está ahí desde hace un tiempo, pero yo ni me he molestado en autorizar su descarga ni pienso hacerlo hasta que me entre la flash-o-manía ocasional.
Cámara
El análisis de la única cámara que tiene el Moto E será muy breve..., de hecho hasta creo que ya terminó. Su cámara es bastante pobre, y aunque sea de 5 MP y la interfaz cuente con HDR los resultados son cuando menos mediocres... Ni mediocres, sino que son simple y llanamente malos. Es evidente que para mantener bajos los costes Motorola ha tenido que sacrificar el aspecto fotográfico en favor del rendimiento y la pantalla. La cámara no tiene nada rescatable, salvo el hecho de que pueda sacarte de algún apuro. De ninguna manera es un punto negativo de peso viendo lo que cuesta este dispositivo, pero la inclusión de una cámara frontal se hubiera agradecido mucho.
Diseño
Hay una cosa que me encanta del Moto E (2014) y es el acabado gomoso y mate de su parte trasera de plástico que parece haber sido heredado del gusto de Google por este tipo de acabados, el resultado es que sumado a la forma curvada de su tapa y sus bordes redondeados tendremos un terminal que se siente muy bien al sostenerlo y además ayudará a que no sea fácil que se nos caiga de las manos como si sucede en el Huawei P8 —o lo coges firme o le dices hola a un nuevo quiño—. El único inconveniente del plástico mate es su increíble facilidad para ensuciarse con el polvo y la grasa de las manos.
Su construcción así mismo es muy sólida y será un poco complicado que se desbarate con una caída contundente (que también lo he experimentado de primera mano, menudo torpe que soy). Por otro lado su diseño no dista para nada de las líneas de diseño innauguradas en la gama Moto desde la adquisición de Motorola por parte de Google; la cosa es que a diferencia de Sony, la gente de Motorola se las ha arreglado muy bien para saber diferenciar los dispositivos de sus diferentes gamas para que tengan el mismo diseño sin parecer todos idénticos.
Autonomía
Con su relativamente generosa batería de 1980 mAh, el Moto E (2014) es capaz de sobrevivir todo un día sin necesidad de llevar el cargador a todas partes, la cosa cambia radicalmente si decidimos jugar con él ya que sentiremos que empezará a drenarse bastante rápido. Desde ya nos ofrece unas 4 horas si lo usamos para jugar o ver vídeos de forma ininterrumpida. La promesa de un día de duración se cumplirá si lo usamos ocasionalmente para llamar, navegar, leer correos y chatear, nada de uso particularmente intenso. El principal inconveniente de su batería es que no es removible, así que si se te cae al agua es game over — o si eres de los que andan con más de una batería en caso de emergencia, tendrás que llevar a todos sitios el cargador.
Conclusión
En definitiva el Moto E (2014) es el resultado de tener lo muy bueno encontrándose con lo muy barato. Somos conscientes de que no estamos ante un flagship y aunque pueda ser más fluido y responsivo que un Galaxy S5, no estamos hablando del mismo e innegable nivel de potencia mastodóntica de que hace gala un tope de gama. El Motorola Moto E está pensado para un uso regularmente básico, que es el de revisar las redes sociales, chatear y jugar un par de juegos de talla media y como no, llamar y mandar mensajes de texto, estas son cosas que cumple a cabalidad; podrá tener más de un año de antigüedad pero todavía tiene para rato.
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